La importancia de proteger los ojos de los niños con gafas de sol
Con la llegada del buen tiempo, surge la necesidad de proteger los ojos de los niños de los rayos solares. Pero, ¿a qué edad deben los niños usar gafas de sol? ¿Es realmente necesario? La respuesta es contundente: a partir de que el bebé comienza a sentarse en su cochecito de paseo, alrededor de los seis meses.
La vulnerabilidad de los ojos de los niños
Es crucial tener en cuenta que los niños, a edades tempranas, no deben estar expuestos directamente al sol, sino que deben estar resguardados bajo una sombrilla. Sin embargo, esto no impide que los rayos solares alcancen sus ojos a través de la luminosidad del día y la radiación que rebota en los objetos, la arena o el agua.
Los expertos subrayan que los ojos de los niños están en pleno desarrollo durante la infancia y son más sensibles, lo que aumenta el riesgo de daño en comparación con los adultos. Hasta los 18 años, los ojos de los niños solo han filtrado el 80% de la radiación ultravioleta, lo que puede dañar su retina y aumentar la probabilidad de desarrollar cataratas en la edad adulta.
Además, el cristalino de los niños menores de 10 años permite que el 75% de los rayos UV pasen a través de él, mientras que en los adultos, solo el 10% logra pasar a la misma edad. Esto significa que, en las mismas condiciones, la retina de un niño está expuesta a una cantidad mucho mayor de radiación UV que la de un adulto.
Las claves para elegir las gafas de sol adecuadas
Dada la importancia de proteger los ojos de los niños, es fundamental elegir con precaución unas gafas de sol adecuadas. Los expertos ofrecen una serie de recomendaciones a las familias para que no cometan errores al adquirir este accesorio de protección:
– Las gafas deben estar fabricadas con materiales resistentes y seguros, como la silicona, el nylon o la poliamida, pero también deben ser cómodas y elásticas.
– Las lentes deben ser irrompibles y contar con la protección adecuada para el uso que se les dará.
– Los diseños envolventes son ideales, ya que protegen los ojos desde la mayoría de los ángulos.
– Los puentes de las gafas deben ser diseñados para que se ajusten adecuadamente a la nariz del niño.
– Las monturas deben estar preparadas para fijar fácilmente cintas elásticas o de neopreno.
Es importante recordar que las gafas de sol no son un juguete, por lo que los adultos deben enseñar a los niños cómo utilizarlas correctamente para beneficiar su salud visual.
En resumen, proteger los ojos de los niños con gafas de sol es fundamental. Desde una edad temprana, los niños son más vulnerables a los daños causados por la radiación UV, por lo que es necesario tomar precauciones y elegir unas gafas adecuadas. Además, es esencial enseñar a los niños a utilizarlas correctamente. No escatimemos en cuidar la visión de nuestros hijos.