Cuando surgen desavenencias por herencias, por cuestiones patrimoniales o divorcios, lo mejor es contar con juristas expertos
Los dichos populares suelen llevar en su carga pedagógica mucha verdad. En ese sentido, el refranero español tiene una reflexión que se aplica mucho en términos jurídicos: “más vale un mal acuerdo que un buen juicio”. Y sí, ese es el principio básico de la mediación. Lo que se pretende es que todas las partes se sientan protagonistas de la solución.
No es fácil cuando una cuestión o conflicto de intereses se enquista. Desenmarañar cuestiones que, en muchas ocasiones, trasciende a lo puramente material es muy complejo; pero no imposible.
Por eso, cuando se va a recibir una herencia en la que no han quedado repartidos en testamento los bienes por parte del difunto, o alguno de los herederos se considera perjudicado en el reparto, lo mejor, siempre, es acudir a un equipo de expertos.
En el despacho de GIL LOZANO ABOGADOS están muy habituados a resolver este tipo de situaciones; también otras más complejas como son las incapacitaciones. Porque cuando confluyen diferentes maneras de entender los derechos que asisten a un individuo, surgen conflictos con facilidad y todos los implicados creen estar en posesión de la verdad y, esta, también es relativa.
Por todas esas razones, siempre es preciso que un jurista, desde un punto de vista neutral y con experiencia en esta materia, ponga sobre la mesa todo el abanico de posibilidades que ofrece la Ley para que las partes vean resarcidos sus intereses en su justa medida. Pero, sobre todo, que se sientan parte de la solución.
¿Qué conflictos resuelve un abogado de familia?
Sin lugar a dudas, la intermediación de estos profesionales está muy asociado a los divorcios, pero pueden ser otros campos los que trabajen dentro del ámbito que afecta a los entornos familiares. Ya se ha visto como el asunto de las herencias y su reparto es otro de los servicios más comunes. Pero, a continuación, se van a detallar los principales conflictos a los que un buen abogado de familia puede buscar soluciones óptimas y en el ambiente más positivo posible.
Divorcios y separaciones
Tal y como se ha dicho, los abogados matrimonialistas son una rama de los expertos en conflictos de familia a los que más usuarios acuden. No en vano, en España la media de un matrimonio es de 16,5 años, por tanto, son miles las parejas que acuden al divorcio al cabo del año. En este sentido, distan mucho los divorcios que resuelven de mutuo acuerdo, de aquellos que lo hacen por lo contencioso. También los términos de acuerdos se complican cuando hay hijos menores o a cargo del matrimonio, ya que prima su estabilidad y ese es otro foco de conflictos que suelen tratar estos abogados. Aunque, en la mayor parte de los casos, logran poner de acuerdo a las partes y resarcir los intereses de manera equilibrada.
Incapacitación de una persona
Es una decisión muy drástica, pero, pasa en muchas ocasiones que por las circunstancias personales de una persona y su verdadera incapacidad para obrar en conciencia lleva a sus familiares a solicitar esta figura legal. Suelen ser momentos muy duros, porque es reconocer que tenemos que sustituir a esa persona en su voluntad y, por tanto, el individuo pierde su autonomía legal para obrar y decidir sobre su patrimonio, e incluso de las decisiones sobre su persona. No obstante, también evita que personas con mala fe se aprovechen de esa situación en beneficio propio. Por regla general, es un proceso legalmente complejo y emocionalmente duro; por eso contar con la mejor asesoría ayuda a que se lleve con más calma y en los mejores términos.
En definitiva, ayudar a las personas a resolver sus conflictos con las personas a las que se tienen más cercanas, la propia familia, genera confianza y, por supuesto, abre vías a posibles reconciliaciones que, en principio, parecen imposibles. Porque un abogado de familia que se precie tendrá ese como principal objetivo, la armonía de intereses y todas sus consecuencias positivas en las personas implicadas.