Elegir un crucero fluvial se presenta como una opción ideal para experimentar un viaje tranquilo y sereno, pero no por eso menos divertido. Zarpar por los grandes ríos de Europa puede resultar una experiencia mucho más apacible que viajar con un crucero marítimo, los amantes del turismo así lo certifican.
En pleno periodo vacacional, lo que se busca es tener un buen momento de diversión y relajación, descubriendo lugares nuevos y viviendo nuevas experiencias. Los viajes son una manera increíble de pasar tiempo de calidad en familia, con amigos, con la pareja o, incluso, con uno mismo, desconectando de la rutina diaria por unos días, para así volver al hogar con las energías recargadas.
Muchas veces, se aprecia más el viaje que el propio destino. Y es que hay muchas experiencias orientadas a los turistas que permiten disfrutar recorridos preciosos, relajantes y únicos, ofreciendo vistas que nunca se olvidarán. Un sector orientado a eso que ha existido desde hace mucho tiempo es el de los viajes en crucero, sin embargo, ha surgido una versión alternativa para quienes buscan algo diferente: los cruceros fluviales.
Los viajes en crucero siempre han sido sinónimo de gala, elegancia y confort, pero también de bastante movimiento. Sin embargo, son muchos los que prefieren un ambiente más calmado y relajante, es así como los turistas actuales tan solo quieren conectar con bellos paisajes, entrando así en contacto con la naturaleza. Una buena opción son los cruceros que viajan por los grandes ríos.
Cada día son más españoles los que se vuelven adeptos a esta nueva forma de turismo. Se tiene un registro de medio millón de turistas en la nación española, y el número va aumentando cada año. Dichos turistas, cada vez más, prefieren esta modalidad de viaje tranquila y selecta, que a la larga, termina ofreciendo una mejor experiencia.
Lo mejor de todo es que viajar en estos barcos no es tan caro como se piensa. Es posible encontrar buenas ofertas de cruceros por ríos en plataformas especializadas, en las que se ofrecen planes y recorridos con precios justos y asequibles. Es posible, además, conseguir descuentos sustanciosos en estos planes, para así sacar el máximo provecho de las vacaciones y disfrutarlas de una forma diferente a lo común.
¿Por qué viajar en un crucero fluvial?
Los cruceros fluviales se han convertido en una tendencia mundial, y poco a poco, van tomando terreno en España. Más que todo se suelen ver estos cruceros en Europa, debido a la cantidad de ríos hermosos que se pueden admirar en este continente. No es de extrañar, entonces, que el tráfico de estos barcos haya aumentado un 60% en los últimos años.
Esta modalidad a la hora de viajar tiene un gran atractivo para los que buscan una experiencia tranquila: solo se montan unos 200 pasajeros aproximadamente, mucho menos en comparación con los cruceros marítimos que embarcan a unos 4.000. Esto es ideal para aquellos que prefieren conocer a un grupo de personas de forma más íntima; asimismo, para los que desean un viaje que consista en leer con silencio o escuchar música.
Los cruceros fluviales, además, no producen tantos mareos en los pasajeros. Son más estables, porque en los ríos no hay tanto movimiento como en los mares. Esto, junto a su altura reducida y su poco calado, hacen que la experiencia sea más adecuada para aquellos que sufren vértigo.
Las cabinas en los cruceros fluviales son exteriores y tienen amplios ventanales. Contrastan con las cabinas interiores de los barcos marítimos, y además, ofrecen una experiencia de viaje distinta, que a muchos les gusta más que la típica de un crucero por el mar.
Una gran ventaja para los que aman la buena comida es que en los cruceros fluviales se suele evitar el uso de buffets. En estos se sirve la comida en la mesa por camareros, lo cual, por supuesto, mejora la calidad de los alimentos y permite obtener una presentación mucho más atractiva.Las vistas en un recorrido por un crucero fluvial, además, suelen ser mucho más interesantes. Aunque el mar es hermoso, puede resultar monótono; sin embargo, en los ríos siempre se hacen paradas en pueblos interesantes, con castillos pintorescos e imponentes abadías, entre otros espacios de interés para el turista.