El astrocitoma: un enemigo silencioso en el cerebro
El astrocitoma, un tipo de glioma que se forma a partir de las células astrocitarias en el cerebro o la médula espinal, representa un desafío en el campo de la oncología. Estos tumores, los más comunes en su categoría, pueden manifestarse de manera diversa, desde formas indolentes hasta variantes altamente agresivas. La clave para establecer un pronóstico y un tratamiento efectivo radica en comprender la velocidad de crecimiento de cada caso en particular.
Descifrando las causas ocultas
No se han determinado con certeza las causas exactas de este tipo de cáncer. Sin embargo, se ha observado que la exposición a radiaciones y una predisposición genética pueden aumentar el riesgo de padecer astrocitoma.
Existen distintos grados de astrocitoma:
- Astrocitoma grado I o astrocitoma pilocítico: Afecta principalmente a niños y tiene un pronóstico favorable después de una extirpación completa del tumor.
- Astrocitoma grado II o astrocitoma difuso: Incluye subtipos con características particulares. Estos tumores infiltrantes suelen evolucionar hacia una forma histológica agresiva.
- Astrocitoma grado III o astrocitoma anaplásico: Un tumor invasivo con un mal pronóstico que puede progresar hacia glioblastomas multiformes.
- Astrocitoma grado IV o glioblastoma multiforme: El más agresivo y, posiblemente, el más común de los astrocitomas.
Detectando los indicios
Cefaleas, convulsiones y náuseas
Los síntomas del astrocitoma varían según la ubicación del tumor. En el cerebro, suelen presentarse cefaleas, convulsiones y náuseas. En la médula espinal, pueden causar discapacidad en la zona afectada.
Diagnóstico: la importancia de las imágenes
Obtener una visión clara
El primer paso para diagnosticar un astrocitoma implica un examen neurológico y una conversación con el paciente. Además, se requieren pruebas de diagnóstico por imágenes para determinar el tamaño y la localización precisa del tumor, así como su velocidad de crecimiento.
Abordando el astrocitoma: tratamientos y medicación
La batalla contra el cáncer
El tratamiento del astrocitoma varía según las características individuales del paciente y la progresión de la enfermedad. La cirugía es la opción primaria para extirpar las células cancerosas. Sin embargo, en ocasiones, no es factible eliminar todas las células debido a su ubicación en áreas delicadas del cerebro.
En los casos en los que no se puede realizar una intervención completa o quedan rastros del tumor, se recurre a la quimioterapia y la radioterapia. La supervivencia en tumores malignos suele ser limitada, con un promedio de tres meses.
Prevención: un camino incierto
Sin métodos preventivos eficaces
Dado que no se conoce la causa exacta del astrocitoma, no existen protocolos de prevención efectivos. Se recomienda evitar la exposición continua a radiaciones, ya que se ha demostrado que aumentan el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
Este artículo se publicó en La Vanguardia el 7 de noviembre de 2020.