Los peligros de excederse en el deporte: los problemas cardiovasculares en deportistas de élite
El ejercicio físico regular es crucial para mantener una buena salud general, especialmente para el sistema cardiovascular. No obstante, cuando se abusa de la actividad física y se somete al cuerpo a un esfuerzo extremo durante largos períodos de tiempo, los riesgos para la salud aumentan considerablemente. Esto queda evidenciado en numerosos casos de deportistas de élite que han sufrido graves problemas cardiovasculares que han puesto en peligro su carrera e incluso su vida.
Los deportistas de élite y los problemas cardíacos: una relación preocupante
Cada año, uno de cada 50.000 deportistas profesionales experimenta algún tipo de problema cardíaco. Diversos estudios han demostrado que la mitad de los jóvenes deportistas asintomáticos presenta alteraciones en su salud cardiovascular, como tensión arterial elevada, niveles altos de triglicéridos y problemas renales. Estas afecciones suelen ser descubiertas a través de exámenes médicos regulares para este tipo de atletas. Uno de los efectos más comunes del exceso de ejercicio es lo que se conoce como «corazón de atleta» o «corazón del deportista», caracterizado por el aumento del tamaño del ventrículo izquierdo y el grosor de las paredes cardíacas.
La relación entre el exceso de ejercicio y las arritmias cardíacas
Las pruebas médicas han revelado una estrecha relación entre la práctica excesiva de deportes de resistencia y alta intensidad, y la aparición de arritmias cardíacas, ya sean bradicardias o taquicardias. La fibrilación auricular es la más frecuente, una enfermedad que se manifiesta a través de latidos auriculares descoordinados, lo que provoca un ritmo cardíaco rápido e irregular.
Deportistas de élite que han enfrentado problemas cardíacos
Son numerosos los casos de deportistas de élite que han sufrido problemas cardíacos, algunos más graves que otros. Iker Casillas, ex portero de la selección española de fútbol, experimentó una indisposición mientras entrenaba con el Oporto, lo que llevó a los médicos del club a trasladarlo de inmediato al hospital. Se le diagnosticó un infarto agudo de miocardio y fue sometido a un cateterismo cardíaco. Los médicos descubrieron una obstrucción en la arteria coronaria derecha como la causa del infarto. Gracias a la intervención rápida de los médicos, se evitaron complicaciones mayores que podrían haber sido fatales.
Otro caso que generó gran conmoción a nivel mundial fue el del futbolista danés Christian Eriksen, quien sufrió un paro cardíaco en pleno partido de la Eurocopa 2021. Después de ser reanimado, Eriksen lleva ahora un desfibrilador implantado y ha vuelto a jugar al fútbol.
Por otro lado, el delantero argentino Kun Agüero tuvo que abandonar su carrera profesional poco después de fichar por el Barcelona debido a una arritmia cardíaca. Si bien los médicos le indicaron que podría llevar una vida normal, le aconsejaron no regresar al deporte de élite.
Nwanko Kanu, futbolista nigeriano, integrante de la legendaria plantilla del Ajax que ganó la Champions League en 1995 y de la selección de Nigeria que obtuvo el oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, fue diagnosticado con una insuficiencia valvular aórtica durante los exámenes médicos previos a su fichaje por el Inter de Milán. Tras ser intervenido quirúrgicamente en Estados Unidos, pudo volver a jugar hasta los 36 años. Estos ejemplos nos ponen en alerta sobre los riesgos que implica llevar el cuerpo al límite en la práctica deportiva.
En resumen, si bien el deporte aporta muchos beneficios para la salud, es fundamental encontrar un equilibrio y evitar los extremos que puedan poner en riesgo nuestro sistema cardiovascular. El cuidado y la supervisión médica son aspectos clave para garantizar una práctica deportiva segura y saludable.