El consumo de cannabis: beneficios y consecuencias
El cannabis, conocido como una de las drogas más consumidas a nivel mundial, ha suscitado numerosos debates y ha generado controversia en cuanto a su legalización y uso terapéutico. Aunque se reconoce que esta planta posee propiedades antiinflamatorias y puede aliviar el dolor crónico, también es importante tener en cuenta sus posibles efectos negativos, especialmente cuando se consume de manera reiterada.
El cannabis bajo la lupa
Según el Informe Europeo sobre Drogas, alrededor de veinte millones de personas entre 15 y 64 años han consumido cannabis en el último año. Estas personas se exponen a los efectos del THC, una sustancia química presente en el cannabis que puede generar adicción y afectar la percepción de la realidad. Es imprescindible destacar que el uso terapéutico del cannabis debe ser supervisado por profesionales médicos para evitar posibles riesgos.
Efectos a largo plazo
Tras un consumo prolongado y repetitivo de cannabis, se han identificado diversos efectos a largo plazo, entre los cuales destacan:
- Pérdida de capacidad de concentración.
- Reducción permanente de la capacidad cognitiva y del rendimiento intelectual.
- Aumento de la adicción, llevando a la necesidad de consumir otras drogas.
- Pérdida de autocontrol y episodios frecuentes de agresividad.
- Somnolencia.
- Pérdida de memoria y neuronas.
- Episodios psicóticos.
- Dificultades para las interacciones sociales y personales.
Efectos a corto plazo
En cuanto a los efectos inmediatos del consumo de cannabis, se pueden experimentar los siguientes:
- Pérdida de memoria inmediata.
- Disminución de la capacidad psicomotriz y lentitud en los movimientos.
- Dificultades para el pensamiento y razonamiento.
- Disminución de la facultad de aprendizaje.
- Sensaciones paranoicas.
- Estado depresivo y sensación de miedo.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Alucinaciones y estado de ansiedad.
Adolescencia: una etapa crítica
El consumo de cannabis durante la adolescencia puede tener consecuencias negativas a largo plazo, afectando tanto a la salud física como mental de los jóvenes. Además, puede dificultar las relaciones personales y sociales en una etapa crucial para el desarrollo de habilidades sociales. Se ha demostrado que el cannabis puede alterar la memoria, lo cual puede tener un impacto significativo en el aprendizaje y el rendimiento académico.
En conclusión, el consumo de cannabis no está exento de riesgos y se recomienda un uso responsable y bajo supervisión médica. Si bien sus propiedades terapéuticas han sido reconocidas, es fundamental considerar los efectos negativos y tomar decisiones informadas sobre su consumo.
Fuente: PortalClínic – Hospital Clínic de Barcelona