El impacto de la actividad física en nuestra salud
El ejercicio tiene una influencia significativa en nuestro sistema inmune, lo que se refleja tanto en el corto como en el largo plazo, así como en la inmunosenescencia.
**Beneficios inmediatos**
El ejercicio estimula el intercambio de células y componentes del sistema inmune, mejorando la supervivencia frente a patógenos y reduciendo la inflamación sistémica, lo que a largo plazo se traduce en una mayor inmunocompetencia.
**Ventajas comprobadas**
Estudios científicos han demostrado que el ejercicio aumenta los marcadores de supervivencia del sistema inmune, estimula la respuesta inmunitaria adaptativa y activa agentes especializados para eliminar amenazas.
**Riesgos de exceso**
Por otro lado, el ejercicio físico intenso puede tener efectos negativos, aumentando la inflamación y el riesgo de contraer enfermedades. Esto se observa especialmente en atletas de alto rendimiento, quienes enfrentan un mayor riesgo de inmunodepresión.
**Consejos para un equilibrio saludable**
Para evitar el sobreentrenamiento, es crucial planificar sesiones de ejercicio con suficiente recuperación, así como mantener una buena nutrición, hidratación y control psicológico. Adicionalmente, es importante monitorizar los síntomas de sobreentrenamiento o enfermedad y evitar entrenar intensamente al estar enfermo.
**Cómo mejorar tu sistema inmune**
El ejercicio físico es solo un aspecto de la salud inmunológica. Consumir alimentos ricos en polifenoles y antioxidantes, cuidar el descanso, reducir el estrés y considerar suplementos naturales son factores clave para mejorar nuestro sistema inmune.
En resumen, el ejercicio físico moderado aporta beneficios significativos a nuestra salud inmunológica, pero es fundamental evitar el exceso y adoptar un enfoque integral para mantener un equilibrio saludable.