La importancia de cuidar los pies de los niños desde el principio
«¡Ponte las zapatillas que está el suelo muy frío!» o «¡Deja de andar descalzo!» son frases comunes que escuchamos de padres preocupados por el bienestar de los pies de sus hijos. Para responder a estas dudas y afirmaciones que se transmiten de generación en generación, la enfermera y podóloga infantil Neus Moya ha escrito el libro ‘Pasito a pasito’ (Zenith). En esta entrevista exclusiva con ABC, Moya revela las claves para entender la importancia de cuidar los pies de los niños desde temprana edad.
Concientización acerca del cuidado de los pies
Según Moya, aunque se ha avanzado en la conciencia sobre el cuidado de los pies, todavía hay poca atención en este aspecto hasta que surgen problemas. La autora sostiene que es fundamental que las familias lleven a sus hijos al podólogo de la misma manera en que acuden al pediatra para revisiones regulares de salud.
El desarrollo del pie del bebé
El pie de un bebé recién nacido está compuesto en su mayoría por cartílago, lo que le proporciona una mayor libertad de movimiento. A medida que el bebé crece, este cartílago se va convirtiendo en hueso, lo que gradualmente le da forma y estructura al pie. Es importante entender esta cronología de osificación para comprender las necesidades específicas de los pies de los niños en las diferentes etapas de su desarrollo.
El calzado adecuado
Moya enfatiza la importancia de escoger el calzado correcto para los niños. Desde los primeros pasos, el zapato debe permitir el movimiento libre del pie, imitando la sensación de estar descalzo. Durante los primeros seis meses de caminar, Moya recomienda mantener el calzado lo más minimalista posible, con suelas delgadas y flexibles. A partir de los seis meses, se puede empezar a utilizar zapatos con suelas un poco más gruesas, pero siempre priorizando la flexibilidad y evitando cualquier elevación en la zona del talón.
Los problemas más comunes
En su práctica profesional, Moya frecuentemente se encuentra con casos de pie plano infantil, especialmente en niños mayores cuyos pies no han desarrollado el tono y la fuerza necesarios. Este problema puede atribuirse en parte al uso incorrecto de zapatos rígidos y poco adecuados desde una edad temprana. La falta de estimulación y movimiento en los pies puede debilitar la musculatura intrínseca del pie y causar deformidades.
En conclusión, la clave para garantizar la salud de los pies de los niños reside en escoger el calzado adecuado que permita el movimiento natural y estimulante del pie. Además, se debe fomentar la conciencia sobre la importancia de las revisiones regulares con un podólogo especializado en niños. De esta manera, se puede evitar futuros problemas y asegurar un buen desarrollo podal desde el principio.