No es para nadie un secreto que durante las fechas decembrinas los gastos incrementan considerablemente y en parte, es ya por una costumbre. Luego de solventar los regalos de navidad y darnos nuestros propios gustos, se aproxima el mes de enero. Es necesario cubrirse las espaldas en el comienzo de año con prestamos faciles y rapidos que garanticen la estabilidad monetaria de nuestro bolsillo para evitar cualquier incidente. Sobre todo, en el inicio de año, que, por lo general, pareciera durar unos 50 días, en vez de 31.
Pero esta premisa carece de sentido alguno, ya que enero no es el único mes del año con 31 días, de hecho 6 meses más lo acompañan en el calendario. No obstante, su duración parece extenderse, al menos desde la percepción del tiempo de muchas personas. Una serie de factores científicos parece explicar mejor cómo funciona la parte de nuestra mente que piensa fervientemente qué enero dura mucho más.
Factores que pueden afectar la percepción del tiempo
Tener nuestra mente despierta y activa para realizar las actividades diarias demanda, en ocasiones, el consumo de comestibles o la ingesta de cafeína. Estos estimulantes hacen que el tiempo transcurra de manera más acelerada, al igual que tener o querer que algo termine rápido, por ejemplo, una película de suspenso o terror. Acorde a muchos expertos, es el miedo el que ralentiza el tiempo, un efecto que simula la excitación sobre la velocidad de nuestro reloj interno.
Nuestro reloj interno se basa en la forma en la que juzgamos los minutos y segundos que pasan sobre nosotros. Pero, ¿si diciembre también tiene 31 días, por qué no ocurre con este mes de fiestas? Precisamente, porque es un mes que asocia a diversión, regalos, descanso y visitas familiares, lo que nos trae alegría. En cambio, enero, es un mes de constantes acontecimientos que esperar y un mes en donde nos recuperamos de un fuerte gasto económico.
Es en el mes de enero en donde ocurre un reinicio de actividades, y por lo general, provoca aburrimiento regresar al sistema rutinario, lo que provoca la impresión de que enero es un mes muy largo. Enero es sinónimo de mes de trabajo, por lo que parece que el factor diversión controla la mayoría de la percepción del tiempo en nuestro reloj interno.
Por ello, en este 2023, un año en donde pareciera que las hipotecas van a perder fuerza de los bancos, es necesario cubrirse las espaldas con un préstamo. Quizá no para gastarlo todo, pero sí que sirva como un seguro o garantía a la hora de cualquier emergencia.
Lo bueno de pedir préstamos a inicio de año y para qué pedirlos
No es una regla escrita el tener que pedir prestado obligatoriamente a principios de año, pero es algo que recomendamos. Es el primer mes del año en el que cuál necesitas el impulso necesario para arrancar con nuevos objetivos y metas que cumplir. A fin de cuentas, ya la motivación vendrá de la mano por querer trabajar para poder pagar el préstamo pedido. Pero qué mejor que empezar cumpliendo las metas desde el principio y tener todo el resto del año para cubrir el gasto adquirido o, solicitar uno nuevo luego de realizar los objetivos.
Es posible pedir un préstamo personal para cualquier finalidad: un dinero que sirva para cubrir alguna emergencia o para invertir y producir ganancias. También vas más allá de algo productivo como el querer adquirir un nuevo coche, remodelar tu hogar o darte el gusto que crees merecer.
Concluimos que el objetivo de pedir un préstamo no se trata en su totalidad de querer adquirir un nuevo bien, sino de proponernos un reto. Este reto es el saber que podemos alcanzar nuestras metas por nuestros propios medios, cumpliendo con los pagos de los préstamos en el menor tiempo posible. La percepción del tiempo no está definida por un mes del año, está controlada 100% por nosotros mismos, así como somos los responsables del control de nuestras finanzas.