La problemática de la jornada continua en los colegios públicos
En el pasado mes de mayo, la OCDE recomendó a España eliminar la jornada continua en los centros escolares con el fin de combatir el abandono escolar temprano. Sin embargo, con la llegada del curso 2023-2024, el sociólogo Daniel Gabaldón, investigador de la Universidad de Valencia, advierte nuevamente sobre las consecuencias negativas de este horario elegido por las AMPAS en los colegios públicos.
Efectos negativos en el descanso y la alimentación de los niños
Según el último estudio financiado por la Comunidad Valenciana, titulado «Proyecto Time: el tiempo en la infancia, un mapeo de España», la jornada escolar continua tiene impactos negativos en el descanso y la alimentación de los niños. Además, se observa un aumento en el tiempo dedicado a las pantallas y en la carga de deberes sin mejorar el rendimiento académico ni la conciliación familiar.
En cuanto al descanso, los alumnos que tienen jornada intensiva duermen en promedio 42 minutos menos al día que los que tienen jornada partida. Esto se debe en parte al horario continuado, que les dificulta conciliar el sueño debido a las siestas de tarde. También se plantea la posibilidad de que los niños necesiten pasar al menos dos horas al aire libre cada día para mantener una salud adecuada, lo cual se complica con la jornada continua, ya que los niños solo pueden estar al aire libre por la tarde, lo que altera su ciclo natural de sueño.
En cuanto a la alimentación, los alumnos que tienen jornada continua comen más tarde, entre las 14:00 y las 16:00, en comparación con los alumnos de jornada partida, que comen entre las 13:00 y las 15:00. Esto se debe a que todas las clases se imparten por la mañana en la jornada continua, lo que retrasa la hora de la ingesta. Estudios previos han demostrado que comer tarde puede afectar negativamente la pérdida de peso y aumentar la ingesta de alimentos calóricos.
Mayor tiempo frente a las pantallas y más carga de deberes
El estudio también revela que los niños en jornada continua dedican 43 minutos más al día a las pantallas, como computadoras, videojuegos, televisión, teléfono móvil y tablet. Por otro lado, se encontró que hacen en promedio 29 minutos más de deberes al día en comparación con los alumnos de jornada partida.
Disminución de la capacidad de atención y falta de conciliación familiar
El horario continuado también afecta la capacidad de atención de los alumnos. A medida que pasa el tiempo, su capacidad de atención disminuye, lo cual lleva a los maestros a asignar más deberes, ya que no tienen suficiente tiempo en el aula. Por lo tanto, los alumnos que tienen un rendimiento más bajo terminan teniendo una mayor carga de deberes.
En cuanto a la conciliación familiar, el estudio encontró que el tiempo que los alumnos pasan con sus familias no difiere significativamente entre la jornada continua y la partida. Esto contradice la idea de que la jornada continua mejora la conciliación familiar.
Conclusiones finales y llamado a la acción
A pesar de los beneficios limitados en términos de actividad física, la jornada escolar continua tiene múltiples impactos negativos en los niños, afectando su descanso, alimentación y tiempo dedicado a otras actividades. Es necesario realizar más estudios independientes para evaluar adecuadamente el bienestar de los niños y tomar decisiones basadas en evidencia.
También es importante que los padres tengan acceso a información completa y objetiva sobre los efectos de la jornada continua, ya que actualmente solo reciben información del propio centro escolar y profesorado, que podría tener intereses en mantener este horario. El Ministerio debe intervenir y asegurar un sistema educativo que se adapte a las necesidades de los niños y promueva su bienestar.