Pese a que existe una diatriba histórica sobre si su origen es de China o fue un invento paralelo del pueblo chino y de los etruscos, la pasta es uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial. El motivo de que sea tan extendido su consumo es que va bien con casi todo. Se puede hacer con salsas diversas, con carnes, aves, vegetales, pescados, en sopas o guisos. Hoy se dará un paseo culinario con este maravilloso plato.
La pasta en estadísticas
Casi todos los países del mundo tienen recetas con pasta. Aunque este plato se identifica con Italia, se come también en muchos países asiáticos como China, Corea, Vietnam, Tailandia y en menor medida, Japón. Otras naciones en las que la pasta es muy consumida son Rusia, Arabia Saudita, Túnez.
En Venezuela ocurre un dato curioso, pues es el único país de América latina donde el consumo de pasta per cápita es mayor que en las demás naciones y es la única de habla hispana que consume más pasta per cápita en América, aunque Estados Unidos lidera la lista en ese lado del Atlántico.
Italia en sabores
Los italianos defienden la teoría de que la pasta es propia de sus tierras porque en tumbas etruscas se consiguieron utensilios en los cuales se hacían cuadros de masa a base de trigo que se comía en sopas o guisos.
Pero, la teoría de que Marco Polo la trajo de China sigue muy vigente. ¿Es posible que surgiera un plato similar en dos culturas tan distintas? Eso lo tendrán que clarificar los historiadores. Estas son dos recetas italianas de pasta.
Pasta napolitana: fácil y deliciosa
Para esta salsa se requieren dos kilos de tomates maduros, frescos a los que se les debe quitar la piel pasándolos por agua caliente. Luego hay que procesarlos y ponerlos aparte.
Se sofríe ajo y cebolla en un poco de aceite de oliva y se agregan los tomates procesados, agua, dos o tres cucharadas de puré de tomates, sal, pimienta y albahaca.
Se debe añadir agua hasta que doble su volumen y cocinar por al menos una hora y media a fuego bajo hasta que reduzca a la cantidad original. Se le agrega una cucharadita de miel para calibrar el ácido de los tomates y se deja hervir unos minutos más.
Esta salsa se vierte sobre espaguetis o rigatonis recién cocinados y se puede espolvorear con queso parmesano. Para quienes este sabor les parezca muy fuerte se pueden decantar por un poco de ricota fresca.
Esta salsa es básica, al sofreír la cebolla y el ajo se puede añadir carne, aves, pescados o vegetales al gusto y seguir el procedimiento.
Lasaña: explosión de sabores
Haciendo la salsa con carne picada como muestra la receta anterior se hace la lasaña. Para este plato se eligen láminas de pasta directo al horno y se colocan capas de pasta, salsa, lonjas de queso mozzarella y jamón y se va construyendo todo esto en un molde profundo de horno.
Si se usan láminas de lasaña directo al horno, la salsa debe quedar un poco más líquida que si se va a verter sobre la pasta para que hidrate mejor la harina de las láminas.
Se puede añadir también salsa bechamel en las capas de pasta y salsa. Eso queda a gusto de los comensales.
Ensalada de pasta y atún
Esta ensalada se hace con una pasta pequeña y corta. Se debe cocinar hasta que quede al dente. Es decir, suave, pero firme. Aparte, se cortan zanahorias, judías verdes, trocitos de calabacín, apio y guisantes y se cocinan cada uno por separado.
En un bol o cazo se colocan partes iguales de mayonesa, queso crema, unas gotas de zumo de limón, una pizca de mostaza, aceite, sal y pimienta. Se hace una mezcla homogénea.
En una fuente grande se mezcla la pasta con los vegetales, una o dos latas de atún (se le puede añadir una lata de maíz tierno) y se baña con la salsa.Esta receta es ideal para fiestas, días de playa o picnic o para servir como una comida fría de verano.